El enigmático, reservado y visionario Steve Jobs, ha muerto hoy a los 56 años.
Jobs era mucho más que el consejero delegado de Apple. Nunca antes una
marca estuvo tan asociada a una persona. Su contribución al mundo
tecnológico le convierte en uno de los grandes innovadores de los
últimos 75 años, en un transformador de la industria. El Thomas Edison
del siglo XXI hizo del ordenador un artilugio simple de usar,
cambió la manera de hacer negocio con la música a través de Internet y
lanzó la telefonía móvil en otra dimensión.
Apple fue fundada en abril de 1976, en un garaje en Los Altos
(California), tal y como mandan los cánones del sueño americano. Al lado
de Steve Jobs estaba su compañero de estudios y amigo Steve Wozniak. El
dúo era perfecto. Jobs, que entonces tenía 21 años, se encargaba de las
ideas y de vender el producto. Wozniak se dedicaba a las cuestiones de
ingeniería que daban vida a complejos artilugios tecnológicos.
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