Severiano Ballesteros nos ha abandonado esta madrugada tras luchar durante más de dos años contra un cáncer.
Nos deja uno de los mejores golfistas de todos los tiempos y una leyenda del deporte mundial.
Abrió un camino que han seguido muchos de los deportistas españoles que han llegado a lo más alto del deporte mundial.
Seve fue mucho más que un pionero. Fue el primer deportista español global. En un país con ombligo, Ballesteros tuvo el aire quijotesco de Santana y Nieto. Siempre sintió que su frontera estaba en los Pirineos, incluso cuando tras el reconocimiento iniciático de sus victorias. Él no era solo un ganador, era un revolucionario, Houdini con un palo de golf. Un buscavidas desde su condición de intruso juvenil en el campo de Pedreña, lo que le hizo romper la ortodoxia de un deporte tan académico. Para Seve, la distancia más corta nunca fue una línea recta. Podía ganar desde un búnker, bajo un árbol o desde un aparcamiento. Su juego imprevisible hizo que las gradas del 18 en Saint Andrews y Augusta dejaran de ser como un palco operístico. Ballesteros atizaba una caldera de pasiones desconocida en el mundo del golf. Su carisma era infinito, por más que le carcomiera ser un apátrida de su deporte. (www.elpais.com)
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